Desde el Núcleo del PCE del Bajo Aragón Histórico condenamos y mostramos nuestra más enérgica repulsa ante la comunicación de despido colectivo realizada por MAESSA a su plantilla en la Central Térmica de Andorra. Una vez más expresamos nuestra solidaridad, apoyo y máxima disposición con el conjunto de las plantillas de la central térmica ante el atropello continuo de sus derechos y, por lo tanto, de su futuro.
Transcurridos pocos días desde la firma del acuerdo que pretendía poner las bases para salvaguardar y proteger el empleo ante el inminente cierre de las centrales térmicas entre los ministerios de Transición Ecológica, Ministerio de Trabajo, Endesa y los sindicatos UGT y CCOO, y después de hacer una valoración positiva de los objetivos en el contenido, nos vemos en la obligación de denunciar la actitud y acciones de MAESSA, junto al silencio cómplice de ENDESA.
Asistimos con indignación cómo, después de que MAESSA se beneficiase de la aplicación de un ERTE de fuerza mayor durante el Estado de Alarma, ahorrándose así las pertinentes cuotas de la seguridad social y salarios, y ante la posibilidad de tener que negociar un nuevo ERTE sin las ventajosas condiciones económicas derivadas del Estado de Alarma, MAESSA y ENDESA optan por dar una vuelta más de tuerca a la precaria situación y perspectivas de un futuro digno en nuestro pueblos.
Una vez más, los intereses económicos y falta de escrúpulos de grandes multinacionales que operan en un sector estratégico para nuestro país, junto con la falta de respeto a los acuerdos, declaraciones, anuncios, estrategia de transición justa y al conjunto de la clase trabajadora, se imponen a las necesidades y urgencias que respecto al mantenimiento del empleo tienen las comarcas mineras y el conjunto de la sociedad.
Por todo lo anteriormente mencionado desde el Partido Comunista de España pedimos la intervención de los ministerios de Transición Ecológica y Trabajo para impedir que se lleve a cabo esta estrategia torticera y falta de toda sensibilidad por parte de las empresas antes mencionadas, y que se pongan en marcha todos los mecanismos legales para que una vez más la tan cacareada transición justa del modelo de producción de energía no se haga a espaldas de la clase trabajadora, cumpliendo así el objetivo primordial de la misma, que no es otro que el mantenimiento y creación de empleo.
