El final del pasado mes de enero nos traía la noticia de que la coalición gubernamental, encabezada por Javier Lambán, daba luz verde al convenio de colaboración de la Diputación Provincial de Huesca y las empresas encargadas de llevar a cabo la destrucción del valle de la Canal Roya para unir las estaciones de esquí de Astún-Candanchú y Formigal.
No se trata de algo nuevo, en 1999 se planteó como proyecto dicha unión, en uno de los primeros y denostados proyectos de candidatura de Jaca para las olimpiadas de invierno, siendo esta última un sumidero de dinero público y favores a empresas afines. En el año 2014 se planteaba, durante el gobierno de la comunidad por el PP, el proyecto de unión de estaciones, siendo este pasado año refrendado por el Partido socialista, con la venia del gobierno central y la inacción de sus socios. El volver a poner en funcionamiento este proyecto significa la dilapidación de los llamados Fondos “Next Generation” de la Unión Europea, en concreto 26 de los 33 que llegarán a Aragón; fondos cuya adscripción tienen como condición el “Desarrollo Sostenible”, uno de los eufemismos preferidos del Capitalismo Verde.
El Valle de la Canal Roya es uno de los valles que sirve de unión a los profundos valles que excava el río Aragón y el río Gállego, así como la zona volcánica del Anayet. Se trata de un valle de alto valor tanto ecológico, florístico, faunístico, como etnográfico. Recae sobre él una declaración de un anteproyecto (P.O.R.N- Plan de ordenación de recursos naturales) que convertiría la zona en un Parque Natural desde Anayet hasta la Partacua. Proyecto que sin duda el gobierno de Lambán no tiene problema en pisar y desechar, si esto pone en peligro al lobby de la nieve y empresas afines. Recordemos que Aramón es una empresa cuya titularidad es 50% pública y el otro 50% de Ibercaja. Es una estocada más para ahogar unas comarcas ya de por sí turistificadas y dependientes del turismo estacional de una nieve que cada vez llega en menos cantidad y más irregular.
Desde el Partido Comunista de España en Aragón velamos por el desarrollo rural de provincias como las afectadas basado en un cambio en el sistema productivo, que permita fijar población estable y con acceso a vivienda y servicios. Denunciamos proyectos faraónicos que supongan tirar el dinero para destruir el medio ambiente, y que benefician a las mismas empresas de siempre, bien sean macrogranjas, parques eólicos o estaciones de esquí en un marco global de cambio climático, que amenazan nuestra región desde norte a sur y que ni suponen fijación de empleo estable ni palian la temporalidad ni la dependencia del turismo, modelo que abandera la burguesía local.