Vuelve un año más a Zaragoza la FIMA, la Feria Internacional de la Maquinaria Agrícola, y la ciudad se llena de grupos de agricultores, mayoritariamente hombres, que vienen a conocer las últimas novedades tecnológicas de su sector. Los titulares de los grandes periódicos se centran en los supuestos beneficios de este encuentro, principalmente económicos.
A su vez, se multiplica en la ciudad la presencia de los prostíbulos a través de folletos que ofrecen “Hermosas señoritas” y pueden verse coches y limusinas de estos establecimientos transportando a hombres de un lugar a otro para que satisfagan su deseo de comprar cuerpos de mujeres con la mayor comodidad. La relación entre el repunte de prostitución durante estos días en la ciudad con la FIMA no es arbitraria, es la propia publicidad de los prostíbulos la que hace referencia a la feria a través de eslóganes como “Fiesta FIMA”.
Desde el Partido Comunista de España en Aragón denunciamos esta situación y nos oponemos a la compra del cuerpo de las mujeres. Denunciamos la visibilidad con la que los prostíbulos campan impunes por la ciudad estos días y el aumento de la violencia y explotación contra las mujeres que se está produciendo durante la FIMA. Lo hacemos, siendo conscientes de que este no es un problema puntual ni circunscrito a un sector como el agrícola. No podemos olvidar que España es el país de Europa con más prostitución y el tercero a nivel mundial. El 40% de los hombres españoles ha comprado alguna vez el cuerpo de una mujer con fines sexuales, lo cual señala que este es un problema mucho mayor, que abarca a grandes sectores y perfiles de hombres.
A día de hoy no es posible saber cuántas mujeres están siendo prostituidas en nuestro entorno. Médicos del Mundo calcula en un estudio elaborado en 2013 por Erika Chueca que en Zaragoza ciudad la cifra está en torno a las 1400 mujeres. Este mismo estudio analizaba como el perfil medio de las personas que ejercen la prostitución en Zaragoza es el de mujer migrante, con cargas familiares, y cuya principal causa para el ejercicio de la prostitución es la pobreza y los procesos migratorios. En 2018, la Asociación Feminista Desideria Jiménez denunciaba en un artículo que la FIMA suponía el aumento de demanda de prostitución y, por lo tanto, que se trajeran nuevas mujeres de otros lugares, como si fuesen mercancía.
Desde el PCE nos oponemos a la mercantilización del cuerpo de las mujeres, a la violencia y a la explotación sexual. Los cuerpos de las mujeres no son objetos con los que mercadear y defendemos que los hombres no deberían tener el derecho a comprarlos. Denunciamos la relación innegable que existe entre pobreza, migración y prostitución, que señala como este es un fenómeno en el que género, clase y raza juegan un papel fundamental. Denunciamos la alianza capitalista-patriarcal que permite que la industria del sexo sea a día de hoy una de las más poderosas a nivel mundial.
Urgen decisiones políticas y recursos para acabar con esta situación de explotación y desigualdad. No debemos cerrar más los ojos ante las esclavas del siglo XXI.
